Lo cierto es que escogí este libro para leerlo, este tour para apuntarme, porque siempre me han llamado la atención los viajes en el tiempo. Y, en este libro concretamente, hablaban de una chica que era desarraigada de su época actual sita en el año 2010 al pasado del año 1973. Me gusta eso de abrir una doble ventana al mundo de la fantasía, que me trasladen a otras épocas además de otros lugares. Vale, es cierto que ya se anunciaba en el tour que contiene violencia sexual, síndrome de estocolmo y contenido para mayores de dieciocho años y por ende no debería sorprenderme haberlo encontrado ahí, me ha resultado una intromisión un tanto desconcertante. Y lo es porque, a la vez que es parte fundamental de la base dónde la historia ciñe sus cimientos, te da la sensación de que es algo que sobra completamente, y es una sensación bastante extraña lo que eso produce. Más aún cuando se tiene la sensación de estar leyendo un libro juvenil pues, exceptuando esos momentos en los que se sube el tono en cuanto a la redacción de lo sucedido, bien podría ser un libro escrito para jóvenes con todos los ingredientes típicos que incluyen de por medio.
La historia no está mal, parte de una buena idea y sabe llevar el ritmo lo suficientemente lento como para que podamos introducirnos de lleno en los pensamientos de los personajes pero con la fluidez necesaria para que una no se quede dormida mientras lee como le describen a un árbol. Esa es una de las partes que más me ha gustado del libro, que, a pesar de no ser uno de esos libros que te enganchan de tal manera que no puedes soltarlos ni un solo minuto, sabe como recrear el ambiente y mantenerte atento mientras estés leyendo, aunque luego ni siquiera lo eches de menos, pero ese ratito que estáis juntos se pasa de lo más entretenido.
La historia que aquí acontece, la de Ann, nos la narrará ella misma, introduciendo los pensamientos y sentimientos que en cada momento disfruta o padece. Aunque hay muchos más personajes, la mayoría no son más que comparsas alrededor de los protagonistas para que los hechos puedan ser desarrollados, articulaciones, algunas más importantes que otras, que sostendrán las grandes marionetas finales. Y estos no son otros que Ann y Estefano. Ella es una chica que, un mal día, sin comerlo ni beberlo, se da de bruces con el pasado, en el sentido más estricto de la palabra. Después de un tropezón, descubre que se encuentra en otro lugar y, lo que es peor, en otra época. Ann no tiene pelos en la lengua, es orgullosa, feminista, respondona y si tiene que dar una huasca ni se lo piensa. Pero hay cosas en el comportamiento de Ann que no han terminado de cuadrarme para nada, aunque tampoco es una persona que haya tenido suerte precisamente, hay situaciones que no consigo llegar a entender. En el otro lado del cuadrilátero, tenemos al príncipe Estefano, Estef para los amigos, un príncipe que, de tal, no tiene más que la apariencia, al menos por lo que de él cuentan tiene que estar más bueno que el pan con hambre, pero eso no es lo que más destaca de él, sino que es un personaje muy poco creíble, pues de la noche a la mañana, da un cambio radical de 180 grados y ala, pasamos de ser el antihéroe en plan más que cutre a ser un trocito de pan, que te quedas un poco en plan: " venga ya que no cuela " y es que el cero y el infinito pueden tener más que ver entre ellos que este hombre al principio y al final del libro.
El vocabulario es sencillo y fácil de entender, aunque hay ocasiones en la que los personajes cambian sus formas de expresarse y queda también un poco raro. Por no hablar de esas tildes que faltan en algunas ocasiones y sobran en otras o de las letras a las que de repente les da por desaparecer. Que no es que sean cosas de las más importantes que tenerle en cuenta a un libro, pero que bien podrían haber sido pulidas.
En general no me ha parecido un mal libro, aunque me ha dejado con una sensación ambivalente dentro de mí. ¿Me ha gustado o no me ha gustado? Es cierto que he visto muchas contradicciones dentro del libro y que otras tantas partes me han dejado intentando asimilarlo un rato, pero en general se lee bien, es entretenido y no cuesta ni de dejar ni de tomar. No te engancha tanto que se te quede pegado a las manos, pero tampoco te da la pereza ponerte a leer porque sabes que te toca continuar con la historia, cosa que, cuando pasa, no hace ningún tipo de gracia que digamos. Está bien. No tiene muchas sorpresas, pero tampoco se puede decir que sea previsible. No lo recomendaría encarecidamente, pero tampoco lo mandaría al cajón de los olvidos.
La historia no está mal, parte de una buena idea y sabe llevar el ritmo lo suficientemente lento como para que podamos introducirnos de lleno en los pensamientos de los personajes pero con la fluidez necesaria para que una no se quede dormida mientras lee como le describen a un árbol. Esa es una de las partes que más me ha gustado del libro, que, a pesar de no ser uno de esos libros que te enganchan de tal manera que no puedes soltarlos ni un solo minuto, sabe como recrear el ambiente y mantenerte atento mientras estés leyendo, aunque luego ni siquiera lo eches de menos, pero ese ratito que estáis juntos se pasa de lo más entretenido.
La historia que aquí acontece, la de Ann, nos la narrará ella misma, introduciendo los pensamientos y sentimientos que en cada momento disfruta o padece. Aunque hay muchos más personajes, la mayoría no son más que comparsas alrededor de los protagonistas para que los hechos puedan ser desarrollados, articulaciones, algunas más importantes que otras, que sostendrán las grandes marionetas finales. Y estos no son otros que Ann y Estefano. Ella es una chica que, un mal día, sin comerlo ni beberlo, se da de bruces con el pasado, en el sentido más estricto de la palabra. Después de un tropezón, descubre que se encuentra en otro lugar y, lo que es peor, en otra época. Ann no tiene pelos en la lengua, es orgullosa, feminista, respondona y si tiene que dar una huasca ni se lo piensa. Pero hay cosas en el comportamiento de Ann que no han terminado de cuadrarme para nada, aunque tampoco es una persona que haya tenido suerte precisamente, hay situaciones que no consigo llegar a entender. En el otro lado del cuadrilátero, tenemos al príncipe Estefano, Estef para los amigos, un príncipe que, de tal, no tiene más que la apariencia, al menos por lo que de él cuentan tiene que estar más bueno que el pan con hambre, pero eso no es lo que más destaca de él, sino que es un personaje muy poco creíble, pues de la noche a la mañana, da un cambio radical de 180 grados y ala, pasamos de ser el antihéroe en plan más que cutre a ser un trocito de pan, que te quedas un poco en plan: " venga ya que no cuela " y es que el cero y el infinito pueden tener más que ver entre ellos que este hombre al principio y al final del libro.
El vocabulario es sencillo y fácil de entender, aunque hay ocasiones en la que los personajes cambian sus formas de expresarse y queda también un poco raro. Por no hablar de esas tildes que faltan en algunas ocasiones y sobran en otras o de las letras a las que de repente les da por desaparecer. Que no es que sean cosas de las más importantes que tenerle en cuenta a un libro, pero que bien podrían haber sido pulidas.
En general no me ha parecido un mal libro, aunque me ha dejado con una sensación ambivalente dentro de mí. ¿Me ha gustado o no me ha gustado? Es cierto que he visto muchas contradicciones dentro del libro y que otras tantas partes me han dejado intentando asimilarlo un rato, pero en general se lee bien, es entretenido y no cuesta ni de dejar ni de tomar. No te engancha tanto que se te quede pegado a las manos, pero tampoco te da la pereza ponerte a leer porque sabes que te toca continuar con la historia, cosa que, cuando pasa, no hace ningún tipo de gracia que digamos. Está bien. No tiene muchas sorpresas, pero tampoco se puede decir que sea previsible. No lo recomendaría encarecidamente, pero tampoco lo mandaría al cajón de los olvidos.
EL TIEMPO DE ANN
Annabella tiene mucho a lo que enfrentarse en su primer año de universidad. Eso será fácil en comparación cuando tenga que poner la cara a un suceso inesperado y prácticamente imposible: ha viajado en el tiempo, y como si estar en el año 1723 no fuera poco, descubre que tampoco está en Argentina, sino en una España totalmente diferente a la actual. Entenderá, tristemente, que en esa sociedad no hay lugar para una chica de ropa extraña, y que cualquiera puede arrebatarle lo que es suyo. Pero estará dispuesta a pelear por sus derechos ahora inexistentes, y al encontrarse con el mismísimo Príncipe de Asturias, sabrá, con certeza, que los príncipes azules no existen. Ann debe demostrar que es fuerte e inteligente para salir adelante, principalmente, cuando se convierte en la pequeña obsesión de Estefano.
Título: El tiempo de Ann
Autor: Andrea Rodríguez
Editorial: Camara del Libro Argentina
ISBN: 978-9873325403
Año de publicación: 2012
Número de páginas: 408
No suena mal pero no tanto como para hacerme con el...por ahora lo dejo pasar.
ResponderEliminarUn beso!
Podrias pasarme el libro por email por favor?
ResponderEliminarTe pasaria mi email si puedes