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martes, 2 de julio de 2013

EL SONIDO DE LOS SAPOS - DAVID VICENTE

Un paraguas negro sobre un fondo azul. Sapos blancos que parecen estar cayendo, o saltando, sobre él. Un título en mayúsculas guareciéndose de ellos: El sonido de los sapos.

Tiene un título curioso. Fue lo primero que llamó mi atención y hace que mis amigos sonrían cuando les hablo de él. El sonido de los sapos es el nombre del primer relato de esta colección compuesta por dieciocho de ellos. Relatos cortos, con personajes cotidianos, de los que lo que más destacaría sería su final. Porque no te los esperas. En todos te pillan por sorpresa. Y, la mayoría de ellos, te deja pensando en una situación similar. 

Lo cierto es que su portada no es de esas que, en circunstancias normales, me hubieran hecho girar la cabeza. Parece uno más entre tantos. Es más, viéndola, no se puede una imaginar lo que guarda dentro, pero leí el argumento, esa sinopsis que suelen dejar sobre lo que vamos a encontrarnos: 


Alguien que fotografía su pene en el interior de un cuarto de baño para después enviar la foto a su compañera de trabajo. Una mujer que se masturba frente a la pantalla del ordenador, mientras llora y ansía una vida distinta. Un ejecutivo presa de un matrimonio sin hijos, anclado en la rutina de la convivencia cotidiana, que hará un último esfuerzo por intentar enderezar el rumbo. Una lavadora que no deja de centrifugar. Una estrella del rock que intenta encontrar el sentido de su vida a través de prácticas sexuales un tanto peculiares. Un hombre que añora a su mujer mientras observa unos horrendos sapos de los que no puede deshacerse. O una joven que quiere ofrecer a su novio un regalo muy especial por el día de su cumpleaños…


     Después del éxito obtenido con su anterior novela, Un pequeño paso para el hombre, elegida por parte de la crítica especializada como uno de los mejores debuts del 2012, David Vicente nos muestra en el Sonido de los sapos dieciocho radiografías en forma de relatos que hablan sobre la rutina, la desesperanza, el sinsentido de la vida y lo extraño que resulta todo en muchas ocasiones."

Y...¿Qué queréis que os diga? El ser humano es morboso por naturaleza y cuando le hablan de ciertos temas siempre gira la cabeza. Aunque, si he de ser sincera, no esperaba mucho del libro, no mucho más que un mero entretenimiento al menos, y, quizás por ello, ha sido por lo que me he sorprendido tanto al leerlo. Al ir pasando por un relato detrás de otro quedándome siempre con ganas de leer uno nuevo. Y es que, con cada relato que iba leyendo, estaba más alerta sobre lo que iba a pasar, pues ya estaba en antecedentes después de haber leído los anteriores y sabía que a la tortilla se le puede dar la vuelta en el momento más inesperado.

Los personajes son personas "normales" que bien podría ser cualquiera de nosotros. Cualquiera de nosotros que se viera en las tesituras descritas en el libro, claro está, pues tampoco es que sean precisamente situaciones cotidianas que nos encontramos todos los días, pero uno lo lee y se dice...les ha tocado a ellos, pero...¿podría haber sido yo? 

Tiene un lenguaje muy directo. Dice las cosas claras. No se anda con remilgos y no titubea al hablar de temas que suelen tratarse como tabús. Y me gusta que lo haga de esa manera. Expuesto de manera sencilla y habitual. En algunas ocasiones, es el propio protagonista quién nos cuenta su historia, en otras, es un narrador externo quién toma el micrófono y nos explica qué es lo que está pasando, pero en cualquier caso, no cuesta nada meterse dentro de las historias que nos están contando.

No es un libro que recomendaría para todos los públicos, pero las mentes abiertas pueden disfrutarlo mucho. A mí me ha encantado

4 comentarios:

  1. Me alegro mucho de que te haya gustado, Kayla.
    Muchas gracias por tu reseña.
    Un abrazo.
    David Vicente.

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  2. Curioso el libro y es verdad por mucho que parezca gente rara todos de una manera u otra así somos muchas veces.

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  3. deseo eliminar
    control de plagas Madrid5 de noviembre de 2013, 12:57
    buen aporte...

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