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jueves, 9 de agosto de 2012

¿Amenaza o Ayuda?


Se oye, se dice, se comenta, que la nueva moda de los E-books van a acabar con la literatura. ¿Es esto cierto? ¿Realmente un formato que ha sido creado para facilitar el hábito de la lectura puede llegar a acabar con esta? ¿Puede ser que estemos formulando mal la pregunta y, cuando decimos E-Readers, realmente nos estemos refiriendo a cualquier formato digital que nos permita acceder a la lectura desde plataformas electrónicas? Pues recordemos que, para leer en formatos que difieren del habitual al que la vida nos ha acostumbrado, no es necesario disponer de uno de estos lectores que, eso sí, todo hay que decirlo, tanto facilitan la tarea. Están otras opciones: Tables, Ipads, Móviles de última generación, o incluso nuestro propio PC se presentan como posibles alternativas.


¿Los E-Books una amenaza para la literatura? Es esta una pregunta que, bajo mi particular punto de vista, tiene una rotunda y categórica negativa por respuesta. ¿Cómo pueden ser una amenaza si dan un mayor alcance a aquello que para algunos es un vicio, un pasión o incluso una forma de vida? ¿Cómo se puede poner en riesgo un mundo lleno de ventanas añadiéndole nuevas puertas por las que tomar atajos? ¿No será ese miedo irracional que se apodera de nosotros ante lo desconocido lo que habla cada vez que se realiza una afirmación de semejante índole? Son tantos los defensores como los detractores de los nuevos formatos en el ámbito literario. ¿No será más que un período de transición lo que se interpone entre nosotros y esta nueva forma de ver los libros? Porque la literatura sigue siendo la misma,¿o acaso una rosa dejaría de mostrar su misma fragancia de haber sido bautizada con cualquier otro nombre?
Es cierto que, al igual que en su día sucediera con la música, muchos consideran esta nueva forma de lectura como una traba más que han de pasar los autores a la hora de publicar su obra, cómo un problema adicional a la hora de que nuevas obras salgan al mercado, dejando para este ámbito a los clásicos. Sin embargo, no llevan razón en sus pesquisas puesto que esta nueva forma de lectura, permite a los escritores noveles darse a conocer, auto-publicando su propia obra, saltándose el filtro de las editoriales que cada vez se ponen más severas a la hora de lanzarse con la publicación de nuevos títulos, de forma que llegan al público obras maravillosas que, de otra forma, no habrían llegado. Saltarse este paso, sin embargo, es un arma de doble filo. Es cierto que facilita a los autores auto-publicarse ellos mismos, pero también contribuye a que, en algunos casos, aunque afortunadamente no es lo que me he encontrado de forma habitual dentro de este elenco, se publique cualquier cosa y que haya textos con fallos, algunos más graves que otros, pues no sólo depende del mimo y cuidado con el que se hagan las cosas, ya que al fin y al cabo todos somos humanos. De este modo, también se abaratan los costes, puesto que no es necesario hacer un gasto extra de papel, encuadernaciones ni intermediarios. Con lo cual, nuestro bolsillo estará contento y alejado de lágrimas innecesarias. Es más, con precios más asequibles, posiblemente sea mayor el número de personas que se animen a arriesgarse con títulos que, con un desembolso mayor, ni siquiera se plantearían si quiera acercarse

¿Nos lleva esto a la conclusión de que son los libros los que se encuentran en peligro de extinción? Posiblemente. Aunque al igual que hay colores para todos los gustos, serán las expectativas globales de la sociedad las que nos lleven hacia uno u otro lado de la balanza. Actualmente, como en tantos otros ámbitos, nos encontramos en un período de transición que, pese a estar anclados en la era de la tecnología y las nuevas comunicaciones, aún son muchos los inmigrantes tecnológicos que se muestran reticentes a probar nuevos métodos y lo atacan arguyendo como principales bazas su precio, aunque cada vez encontramos más ofertas y, teniendo en cuenta a la velocidad que salen nuevas versiones, las más básicas son más asequibles, labrecha tecnológica que suponen estos medios, ya que no todo el mundo dispone de uno actualmente, las versiones de los libros que podemos encontrar, que si no todos los que son están pero son todos los que están, que si te tienes que ceñir a los clásicos....cuando hay numerosos sitios en la red de redes dónde encontrar obras de lo más interesantes, bibliotecas virtuales y páginas dónde comprar literatura a un precio más que económico.


También es cierto que los libros tienen sus ventajas. Con los ebooks se pierde ese arte de los marcapáginas, de crear, seleccionar o buscar uno para cada ejemplar de nuestra biblioteca. No tienen ese olor a nuevo que desprenden los libros la primera vez que se abren, hay que tener un cuidado exquisito con ellos, no puedes estar del todo tranquilo en la playa o en la piscina con ellos por si se te mojan, llenan de arena o te lo ratean mientras estás en el agua...Y, si te quedas durmiendo con un libro entre las manos y cae al suelo, lo más que puede llegar a pasar es que pierdas la página por dónde vas y luego tengas que volver a buscarla, mientras que un e-reader puede complicar más la cosa. Son en tinta impresa, no corremos el riesgo de que se bloqueen, se borre la memoria o perdamos datos...





Pero... las de los E-books las superan. En un sólo cacharro podemos tener cientos de libros guardados, con lo que las estanterías de nuestra casa dejarán espacio libre para otros menesteres (que hoy en día, con los pisos cada vez más pequeños y viviendo de alquiler, que es como se puede, las mudanzas no nos obligan a tener que embalar cajas y cajas, basta con nuestro pequeño acompañante diario, que además puede transportarse cómodamente en el bolso de mano siempre y cuando le agenciemos una buena funda que lo proteja de golpes fortuitos). Cuando te vas de viaje, no tienes que seleccionar que libros te llevas, con echar tu cacharro, los tienes todos en un momento para leer en cualquier lugar aquel que te apetezca. Y, además, hacemos un aporte ecológico, ya que no se hace un gasto excesivo de papel, no se hace ningún gasto realmente. Y, aunque en muchas ocasiones necesitemos un formato específico para nuestro lector en particular, siempre hay programas que nos facilitan la tarea de llevarlo hacia nuestras necesidades (el calibre, por ejemplo, es un programa que recomiendo altamente para cualquiera que tenga un Kindle, que es el que yo tengo).



Yo no llevo demasiado tiempo con mi Kindle en mano. El 18 de Agosto hará dos meses. Lo sé con exactitud porque fue un regalo que mis padres me hicieron por mi cumpleaños. Y, desde que lo tengo, mi ritmo de lectura ha aumentado significativamente (aunque yo ya era de esos ratones de biblioteca que aprovechan cualquier momento que tienen libre para echar una ojeadita al libro que tienen entre manos) y mi bolsillo está mucho más contento porque he ahorrado que no veas (ya que la mayoría de mi sueldo se me iba en libros y ahora puedo conseguirlos mucho más baratos o de forma gratuita, a lo que también ha ayudado mi blog jeje).

Es por ello que, si me preguntan, ¿Los ebooks amenazan a la literatura? Yo respondo que no sin ningún tipo de duda. No la amenazan. No son enemigos, sino que se ayudan y completan mutuamente. Compañeros que dirigen su camino hacia la misma meta: La difusión de la cultura, que cada vez se encuentra más en peligro, sobre todo desde que ha sido considerada como un artículo de lujo en la subida del IVA...Luego nos extrañamos de como nos va!

3 comentarios:

  1. Yo soy un poco anti e-readers, no sé, no me gusta nada, para mi opinión, mata el gusto de la lectura...
    Tiene sus ventajas, como bien las marcas, pero... Lo que tú dices, el olor a nuevo, el poder marcar tu propio libro como te de la real gana...
    También hay que reconocer que las épocas cambian y ahora, se lleva la electrónica y eso entonces, marca la diferencia.
    Es la nueva manera de venta, así que los libros (tal como los conocemos) terminaran desapareciendo y terminarán siendo una reliquia.

    A lo que venía, ¿estás apuntada a la maratón? ¿qué libros has escogido?
    Un beso y gracias por pasar por mi blog :)

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  2. Pues nada, lo que te acabo de comentar en otros lares: para mí, mi kindle es un complemento del libro físico (de hecho, muchos libros físicos los tengo en digital para cuando no tengo disponibles las dos manos para agarrar el físico y hecho mano del kindle...). Y creo que, más que matar la literatura, la facilidad de uso da ganas de leer más
    Besos

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  3. Para mi no es una amenaza...de hecho tengo el kindle como tu y como dice Laky, es un complemento. De hecho sigo comprándome libros en papel...lo que pasa es que con el Kindle he descubierto autores que de otra forma hubiera sido imposible.
    Y como tu...también me ha hecho leer más.
    Muy buena entrada.
    Un beso!

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